martes, 10 de octubre de 2017

Fractura (Parcial) Parte 1

   Existen una infinidad de formas de caer bajo como ser humano. Yo, personalmente, no caí bajo cuando empecé a disfrutar la cerveza de marca blanca, ni cuando el vino en bricks de cartón se convirtió en mi única opción. Ni siquiera me sentí culpable cuando empecé a escupir sangre al toser y seguí fumando. Quizás tendría que habérmelo empezado a plantear cuando pillé a mi hija de diecisiete años follando con un tío y decidí vomitarles encima deliberadamente, pero no fue así. El momento en el que me sentí como una auténtica mierda fue aquel en el que me di cuenta de que el mamarracho que había estado aprovechándose de mi pequeña no era más que una versión más joven y atractiva de mí mismo. En ese momento se rompió algo dentro de mí. A parte de mi nariz, quiero decir.