jueves, 16 de noviembre de 2017

Despiértame, por favor



Era miércoles. Yo creía que era jueves, pero era miércoles. Chucky, aparentemente menos remolón que yo, se las apañó para subirse a la cama y empezó a lamerme la mejilla. Yo en ese momento estaba soñando que me golpeaban en la cara con lonchas de jamón cocido, pero eso no es importante. Cuando finalmente abrí los ojos, medio confuso, me sorprendió verle allí arriba, ya que hacía poco había estado muy malito, y le empecé a dar arrumacos. Para mi sorpresa, mi querido compañero no quería mi amor; se escabulló de entre mis brazos y saltó corriendo para traerme su comedero y empezar a dar golpes con él contra el suelo.