viernes, 3 de agosto de 2018

Tortilla

          En un supermercado cuyo nombre no voy a dar porque no patrocina este texto, me dirigía hacia la caja a pagar lo que había decidido comprar: cinco smoothies de remolacha y una barra de pan. Como me pudo más la pereza que la practicidad, no cogí ni carrito ni bolsa. Al fin y al cabo, podía llevarlo todo en las manos. Lo que no me esperaba era que, en un súbito empujón por la espalda, una mujer francesa tirara uno de mis preciados smoothies al suelo, causando con esto el irreparable reventón del recipiente.