miércoles, 21 de marzo de 2018

¿Por qué bailamos cuando nos aguantamos?

         Había algo en él que no me convencía. No estaba seguro de qué era, pero no me gustaba; me daba mala espina. Su movimiento de caderas, su sonrisa, su forma de colocarse el flequillo en su sitio... algo fallaba. Tenía la sensación de que me estaba mintiendo, y eso no me gustaba nada. Bueno, no me mentía a mí directamente, porque en realidad yo no estaba con él, sino con mi chica, también bailando.