Todo estaba oscuro, mi vista no alcanzaba a ver el
final de la habitación. No sabía dónde estaba ni cómo había llegado allí.
Tampoco recordaba qué era lo último que había hecho. Simplemente en algún
momento dejé de hacer lo que estaba haciendo y aparecí allí: en una silla
incómoda y atado de pies y manos.